1 Reyes 17:7-24
La viuda de Sarepta vivĂa en una pequeña ciudad fenicia en un tiempo de gran sequĂa y hambre. Estaba recogiendo leña para preparar lo que pensaba que serĂa la Ășltima comida para ella y su hijo antes de morir de hambre. Cuando ElĂas la encontrĂł, le pidiĂł agua y un pedazo de pan. Aunque le costĂł, ella confiĂł en la promesa de ElĂas, quien le asegurĂł que Dios harĂa que su provisiĂłn de harina y aceite no se acabara hasta que volviera la lluvia.
Su carĂĄcter: Su fe fue notable, pues decidiĂł obedecer la palabra de un desconocido en medio de una crisis. Esta obediencia mostrĂł su humildad y la capacidad de actuar con compasiĂłn aun en su necesidad.
Su gozo: La alegrĂa de ver que su casa estaba abastecida continuamente de alimento, comprobando la fidelidad de Dios.
Su dolor: Experimentaba la desesperaciĂłn y el miedo de perder a su hijo por el hambre.
ReflexiĂłn: La historia de la viuda de Sarepta nos enseña que la fe y la obediencia a Dios, incluso cuando no parece lĂłgico, abren las puertas a poderosos milagros de provisiĂłn. Cuando das de lo poco que tienes a Dios, Ăl lo multiplica abundantemente.
Dele gracias a Dios por lo que tienes y por lo que te ha quitado como Job lo hizo un dĂa y confiĂ©sale lo agradecida que estĂĄs con lo que te ha dado y dile que empezarĂĄs a valorar mĂĄs las cosas en cualquier situaciĂłn en la que te encuentras.

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